lunes, 26 de mayo de 2014

Las formas poéticas de la ciencia

En el mundo de la ciencia no todo es precisamente investigación sobre la composición y estructura de la materia o teoría sobre las reacciones químicas de los elementos, entre otras tantas funciones y objetivos que tiene. A veces la poesía se entromete en la teoría y hace bailar en versos a la ciencia.

En esta ocasión, les compartimos nuestra traducción del poema original del escritor estadounidense y ganador del Premio Nobel, John Updike, que narra las extrañas propiedades del neutrino como se concebía en los años ‘60: unas pequeñas partículas subatómicas, más pequeñas que un neutrón, sin carga, sin masa ni interacción.

Algún tiempo después de esta publicación, los científicos no sólo descubrieron dos tipos más de neutrinos sino que los tres tienen la capacidad de transformarse en los otros dos.






El neutrino hoy


Gracias a la minuciosa investigación que se ha llevado a cabo para comprender el comportamiento del neutrino, hoy se tiene nueva teoría:


Tamaño: su diámetro es igual a cero.

No poseen carga eléctrica; su nombre en realidad significa “neutrón pequeño”.

De hecho, sí tienen masa y se ha llegado a calcular que es por lo menos un millón de veces más ligero que un electrón. Aún se desconoce su peso exacto.

Rara vez interactúan con otras partículas de materia, sin embargo sí lo hacen. Los escritores literarios tienen ciertas licencias para describir lo que desean.

Los neutrinos traspasan la Tierra como balas; millones de neutrinos del Sol atraviesan la Tierra por un lado y salen por el otro sin que nadie se dé cuenta. Si extiendes la mano, un trillón de neutrinos acaban de traspasarla y no sentiste nada.

Si se quisiera detener un neutrino, los científicos necesitarían construir una muralla de plomo de más de un km de espesor.

El Sol emite  tantos neutrinos como partículas de luz conocidas como fotones. Los neutrinos siguen entrando a la Tierra aun cuando dormimos.